Si lo confiesas, pierde su gracia.

De pequeño núnca se me pasó por la cabeza la idea de querer ser astronauta para poder ver el sol de cerca, ni pedi de regalo ningún telescopio. No me hacía falta esperar a la noche para poder ver las estrellas, ni alzar la cabeza, ni siquiera la mirada para contemplar el universo. Solo tengo que despertarme cada mañana, y correr la cortina; entonces te veo, y me ves, como en las peliculas. Te tocas el pelo, y yo me rasco mi entrepierna - se perdió el romanticismo -. No puedo dejar de mirarte, y es increible, parece amor, pero no lo es, o soy yo el que no quiere que lo sea? Lo contrario al amor.

Qué bien suena.

Qué bonito es equivocarse, y despues reirse en el intento. Qué gracioso suena, y qué gracioso puede llegar a ser. Qué divertido es, porque realmente lo es en la realidad; en los sueños aún más, y en mi mente es alucinante. Cómo desaprendes, o cómo no aprendes. Simplemente es simple, erroneo, y a la vez acertado, increiblemente falso, pero verdaderamente valioso para nuestro corazón. Porque lo malo no es tan malo como parece, pero lo bueno es aún mejor de lo que parece, o de lo que no parece. Maldita sea, que bonito suena, y que bonito es en realidad, o en lo irreal, ayá cada corazón.