viernes, junio 29

la mia vita

Duele decirlo, y más aún admitirlo. El mundo y la vida gira, y llega un día en el que te das cuenta de que estás mareada de tanto movimiento y necesitas un poco de calma. Llega un día en el que ves todo girar a tu alrededor y tu estás quieta, y eso sin duda te hace sentir bien. Soñadora o no soñadora, la calma nunca viene mal, y menos si estás acompañada. Si, acompañada de gente que piense en ti y te transmita cariño. Es fácil decirlo, pero no es cuestión de que sea fácil o sea difícil hacerlo, porque la clave está en ser única y dejar huella propia. Cómo el viento, que viene y va, pero siempre te despeina. Encontrar a tu musa, que te inspire y te de ése rayito de alegría que tu momento de calma necesita para ser perfecto. Y desde ese punto de partida, darse una cuenta de que todo lo que gira alrededor es único, maravilloso, e irrepetible. Que sin darnos cuenta nos ha dejado huella y que gracias a ello nos sentimos bien...